Vivimos en una época en la que el mundo está más conectado que nunca, y eso trae consigo grandes retos, pero también muchas oportunidades. Con la presentación de la estrategia Euskadi Globala, el Lehendakari Imanol Pradales ha trazado un plan claro: convertir a Euskadi en un lugar capaz de atraer talento, crear empleo y competir de tú a tú en el mercado internacional. ¿Qué significa esto para las empresas vascas? ¿Y cómo puede Nubip ser parte de este cambio?
El mensaje del Lehendakari no deja lugar a dudas: ya no basta con exportar productos o servicios. Ahora toca dar un paso más y convertirse en protagonistas. Euskadi tiene que sentarse en las mesas donde se toman las grandes decisiones y, para eso, necesitamos empresas preparadas, conectadas y con herramientas que les permitan competir a lo grande.
Euskadi tiene muchas cosas que ofrecer: cultura, calidad de vida, historia… Pero atraer talento va más allá de eso. Las personas que llegan buscan un entorno en el que puedan desarrollarse profesionalmente, y eso significa contar con una infraestructura tecnológica que esté a la altura.
Uno de los objetivos de Euskadi Globala es establecer nuevas redes internacionales, y esto no se consigue solo con acuerdos políticos o económicos: se necesita tecnología que permita que esas conexiones sean posibles. Una empresa no puede competir fuera si no tiene las herramientas adecuadas dentro.
El Lehendakari lo explicó bien: vivimos en un momento complicado. Las crisis y los cambios son constantes, pero también son una oportunidad para innovar y avanzar juntos. La tecnología juega un papel clave en este proceso, porque nos permite adaptarnos rápidamente y mirar al futuro con confianza.
Euskadi Globala no es solo un plan estratégico; es un proyecto que nos invita a soñar a lo grande. Es el momento de mirar al futuro con ambición, de conectar con el mundo y de demostrar lo que somos capaces de hacer. Desde Nubip, queremos ser parte de ese camino, ayudando a que las empresas vascas tengan las herramientas necesarias para crecer y dejar huella.
Porque al final, el éxito no es cuestión de tamaño, sino de visión. Y en Euskadi, visión es algo que no nos falta.