Oye, ¿por qué tarda tanto en copiarse este archivo? —pregunta Jon mientras mira la barra de progreso avanzar a paso de tortuga.
Porque seguimos con la misma red de hace diez años —responde Ane, medio en broma, medio en serio.
Pues si tengo contratados 1 Gbps de Internet, ¿no debería ir más rápido?
Ese es el problema, Jon: la conexión a Internet puede ser rápida, pero tu red interna no.
Ahí empieza todo. El mito de que “tener un giga de Internet” lo soluciona todo. Pero cuando los archivos pesan varios gigas y los proyectos se guardan en un servidor o NAS compartido, el cuello de botella está dentro de casa o de la oficina, no fuera.
La conexión de tu operador es como la autopista que llega hasta tu edificio. Pero las carreteras interiores —los cables que van del router a los equipos, los switches, las tarjetas de red— son las que mandan dentro de tu red.
Si tus ordenadores se comunican a través de una red de 1 Gbps, ese es el límite. Aunque tengas una fibra ultrarrápida, nunca podrás copiar entre tus equipos a más de lo que permite tu red interna. Por eso existen las redes de 10 Gbps: son como cambiar esas carreteras interiores por autovías de verdad.
No todo el mundo lo necesita. Pero si te dedicas a algo como:
entonces 10 Gbps sí marcan una diferencia real. Los archivos grandes dejan de tardar minutos en abrirse o copiarse, y las copias de seguridad se hacen sin que te des cuenta.
Mira, Jon. Hemos conectado el NAS nuevo y el PC principal con un enlace de 10 Gbps.
¿Y?
Pues que ese archivo de vídeo que antes tardaba tres minutos en copiarse ahora se pasa en veinte segundos.
… Vale, me has convencido.
Lo sorprendente es que no hace falta desmontar media oficina. Solo tres piezas nuevas:
Y ya está. La magia ocurre dentro: los equipos conectados a ese nuevo switch se comunican entre sí a 10 veces la velocidad de antes, aunque Internet siga igual.
Aquí llega la parte sensata. No necesitas que todos los ordenadores tengan esa velocidad. Es como poner un motor de Fórmula 1 a un coche de ciudad: caro e innecesario.
Lo habitual es hacer un “núcleo rápido”:
El resto puede seguir con 1 Gbps o con los nuevos puertos de 2,5 Gbps, que son un término medio excelente.
Jon lo resumió en una frase:
“Antes el tiempo lo marcaban las barras de progreso. Ahora, por fin, lo marcamos nosotros.”
Dar el salto a 10 Gbps no es cuestión de moda, sino de prepararse para los próximos años. Las cámaras graban más resolución, los archivos pesan más y trabajamos cada vez más en red. Montarlo bien desde el principio evita cuellos de botella y permite ampliar sin volver a empezar de cero.
En Nubip ayudamos a empresas a hacerlo con cabeza: sin gastos innecesarios, paso a paso y con equipos que encajan con lo que realmente necesitas. Primero escuchamos cómo trabajas, medimos tu red y te decimos si merece la pena subir a 10 Gbps o si con 2,5 Gbps vas sobrado.
Porque a veces no se trata de correr más, sino de dejar de esperar.
Y si la tecnología puede darte eso, merece la pena planificarlo bien.
Clean Traffic de Nubip
Desde solo: